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lunes, 19 de octubre de 2015

DIFICULTADES PARA DETERMINAR LA INFLUENCIA DE LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN EL RENDIMIENTO DEL ALUMNADO


Hay un consenso generalizado entre los expertos en Educación, incluido el profesorado no universitario, en que el factor clave del sistema educativo es el profesorado y la investigación indica que su calidad es uno de los factores más importantes, si no el mayor, para explicar los resultados del alumnado. Por citar algunas, las siguientes referencias corroboran la afirmación anterior: Fullan (2002)[i], Murillo, Cerdán y Grañeras (1999)[ii], OCDE (2005)[iii], TIMSS (2003)[iv].
Por matizar algo esta cuestión, no conviene olvidar otros factores determinantes del éxito escolar, ya citados en artículos anteriores, como el nivel socioeconómico y cultural familiar que probablemente sobrepasa en importancia al anterior.
También existe un gran acuerdo en que la mayor y mejor formación del profesorado promueve un rendimiento superior del alumnado; puede decirse que profesionales, ciudadanos y políticos  lo han manifestado repetidamente en intervenciones orales y escritas.  
Ahora bien, no resulta tan fácil determinar qué debe significar mayor y mejor formación; delimitar el alcance, los límites, los matices de estos adjetivos es tarea complicada, dado que no existe un convenio social claro respecto de los propios objetivos educativos en las distintas comunidades y estados, lo que deviene en muchas ocasiones en cambios legislativos según las fuerzas políticas que ejercen el poder.
 Por poner un ejemplo, la OCDE promueve en todo el mundo la mejora del rendimiento en materias como Matemáticas, Ciencias e Idiomas, pensando fundamentalmente en el mundo productivo, olvidando o prestando una atención mucho menor o casi nula al ámbito de la Humanidades en general y a los aspectos relacionados con valores como derechos humanos, democracia, justicia, respeto, relaciones de igualdad, etc. en particular; otras organizaciones más centradas en las personas y no tanto en la producción de bienes contemplan la Educación con otra perspectiva diferente.
En este sentido, el actual Secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, recientemente anunció, mejor dicho preconizó con inusitada fuerza, que la Educación, desde la etapa Primaria, debía orientarse a “satisfacer las necesidades de las empresas”, olvidando el carácter formativo básico e integral de la Educación Básica Obligatoria.