Es un tema tocado tangencialmente en
otros artículos. En este queremos mostrar evidencias concretas obtenidas de
distintas investigaciones.
El saber popular anda dividido respecto
al mejor modo en que la forma de relacionarse del profesorado con el alumnado
puede contribuir a un mayor y mejor aprendizaje. Extrapolando un poco, unos
piensan que el profesor tiene que ser fundamentalmente exigente, sancionador y
marcar distancia personal con el alumno, otros creen que el profesor accesible,
comprensivo y empático es el que consigue más motivación y éxito de sus
pupilos. Evidentemente, se trata de una línea continua donde, entre los
extremos, se encuentra una zona más neutral, aunque con cierto sesgo en uno u
otro sentido.
Mi experiencia personal como discente es
que cuando más motivado me he sentido y más he ampliado mi conocimiento,
incluso en la edad adulta, ha sido cuando mis maestros han estado
fundamentalmente posicionados en el lado de los accesibles, comprensivos y empáticos. Estas características no
están reñidas con la exigencia proporcionada correspondiente y el mantenimiento
del clima de respeto mutuo.