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martes, 17 de marzo de 2015

FACTORES DE CALIDAD EDUCATIVA. Influencia familiar en el éxito escolar (IV)

LAS TAREAS EXTRAESCOLARES

Las tareas extraescolares, los deberes, the homeworks, les devoirs, han sido y son objeto de controversia y debate desde hace mucho tiempo. En términos generales, a favor están, la mayoría del profesorado y aquellas familias con un nivel formativo, socioeconómico y de ambición más alto, favorecido también por la facilidad e interés por parte de los hijos en la realización de estas tareas. Las razones que se alegan son, en primer lugar, que es una forma de consolidar lo aprendido previamente en la escuela, en segundo, que con esta actividad se favorece la implicación de la familia en la cooperación con la escuela y por tanto en la educación de los hijos al permitirles una atención más adecuada y productiva, y en tercero, que el alumnado se habitúa a trabajar y valorar el esfuerzo.

Por el contrario, el grupo de profesorado de Educación Primaria más concienciado social y pedagógicamente y las familias con menor formación, medios e imposibilidad de tiempo para ayudar a sus hijos, argumentan que este procedimiento es injusto porque promueve la desigualdad entre el alumnado y termina produciendo estrés en los padres y apatía de los hijos hacia unas actividades que son continuadoras de las realizadas en el colegio, ya que en muchas ocasiones tienen grandes dificultades para su  realización por presentar algún tipo de dificultad de aprendizaje o un nivel de desarrollo más bajo que el promedio.
Según opinan varios investigadores, aproximadamente entre el 60 y 70 % de las familias encuestadas son favorables a deberes en la etapa de Educación Primaria, y entre el 30 y 40 % son partidarios de tareas extraescolares muy reducidas en este período. En general, existe más consenso respecto a las tareas extraescolares en la etapa de Educación Secundaria.

En España la Confederación de Asociaciones de Padres de la Escuela Pública (CEAPA) se inclina por reducir el trabajo para casa porque es una práctica poco motivadora y provoca desigualdad social. En cambio la Confederación de Asociaciones de la escuela privada (CONCAPA) apoya incuestionablemente los deberes para casa.

Decíamos que la polémica es vieja y, por ejemplo, ya en 1956 el Ministerio de Educación francés lanzó una circular prohibiendo los deberes extraescolares escritos en la Educación Primaria, aunque la mayoría de los colegios lo ha estado incumpliendo siempre. La prensa francesa del año 2012 se hacía eco de la protesta de las familias por el exceso de tareas o deberes para casa y hubo hasta una huelga de brazos caídos en este sentido. En el actual año 2015 otro documento oficial del Ministerio de Educación francés aclara cómo debe aplicarse la norma: En Primaria no tienen tareas escritas fuera del horario escolar. Está prohibido dar a los estudiantes trabajos escritos en casa. Sin embargo, un profesor puede dar a sus alumnos:
·         trabajo oral (lectura o investigación, por ejemplo)
·         o lecciones para aprender en casa.
 El profesor que da un trabajo para hacer en casa tiene que comprobar que se ha realizado.

         En una encuesta realizada en 2007 por el Conseil Canadien sur L’aprentissage  titulada L’Enquête de 2007 sur les attitudes des Canadiens à l’égard de l’apprentissage. Ce que pensent les Canadiens des devoirs, se dice que el tiempo dedicado a tareas extraescolares por los adolescentes es de 9,2 horas semanales de promedio, y que más de dos tercios de los padres señalan que las tareas han sido a menudo fuente de estrés en el hogar.

        El Consejo Escolar del Distrito de  Toronto (Ontario – Canadá), en una circular de 2008 recomienda una hora de tarea diaria de 7 a 8 años y dos horas de 9 a 12.

         El cantón de Ginebra (Suiza), en una directiva sobre el tiempo de trabajo en casa (devoirs), recomienda un mínimo de media hora semanal al comienzo de la Educación Primaria y tres horas semanales al final. Existe allí la posibilidad de trabajo supervisado añadido a la jornada escolar en el centro, durante algunas horas al mes y dos o tres meses, según necesidades.

         Estados Unidos tampoco se libra de la polémica como lo atestigua Sara Bennet que en 2012 describió, en su libro “The case againsthomework”, su lucha contra el exceso de tareas de la escuela pública de Brooklyn (Nueva York) donde se encontraba escolarizada su hija, combate que continua en la actualidad. Esta madre y su colega Nancy Kalish estiman que con el exceso de tareas, en vez de aprender automotivación, disciplina y responsabilidad, lo que aprenden los niños en edades menores de 12 años es a depender de otros y a motivarse solo con premios y castigos.

         Guilayn, Sánchez y Díaz Landaluce (2013)[1] publicaron un artículo en “XL Semanal”, en el que señalan el tiempo que se propone en Educación Primaria en distintos países para actividades del tipo que estamos tratando y que podríamos dar por bueno (el contenido) si lo tomamos como una aproximación pues la variedad entre países, centros y profesores es muy alta y es difícil hacer un cálculo fidedigno. Citan los siguientes:
 En Finlandia, de 15 a 30 minutos diarios.
En España: De 1,5 a 3 horas diarias de media. 
Corea del Sur: Mínimo 3 o 4 horas, pero se hacen en academias, no en casa.
Francia: Están prohibidos en Primaria, pero muchos profesores se saltan esta norma.
Reino Unido: El Gobierno recomienda de 1,5 horas (en Primaria) a 2,5 (Secundaria).
Alemania: Hay que hacer deberes (no se dice cuánto tiempo) y los padres se quejan de que los niños pasan más horas haciendo deberes que con ellos.
Dinamarca: Los colegios no pueden mandar deberes para los fines de semana. 
La investigación al respecto, la que relaciona la realización de tareas con el rendimiento académico, no es muy numerosa, siendo diversos autores de la Universidad de “Duke” (EEUU), alguno nombrado a continuación, los que más se citan por otros estudiosos del tema.

Cooper (2001)[2], después de dirigir un estudio en el que se revisaban investigaciones anteriores sobre la influencia de las tareas en el rendimiento, concluyó que pueden ayudar si son moderadas y ajustadas a las posibilidades del alumno y su familia; cuando suponen sobrecarga terminan quemando al estudiante. En definitiva propone limitar la carga de trabajo para casa, no eliminarla ni tampoco poner demasiadas expectativas en su trascendencia.

Cooper, Robinson y Patall (2006)[3], en una revisión de estudios hechos en EEUU, concluyeron que todos ellos presentaban defectos de diseño, aunque en general encontraron que las tareas resultaban positivas para el rendimiento escolar.

Patall, Cooper y Wynn (2010)[4] pudieron apreciar que la posibilidad de elección de los deberes para casa y la percepción de los alumnos sobre el buen apoyo de sus profesores, alentaba la motivación para realizarlos y terminarlos.

Reach y Cooper (2004)[5] nos hablan de la común dificultad de muchos estudiantes para completar de manera oportuna sus tareas y la necesaria ayuda de las instituciones escolares para hacerlo con éxito y proponen para Educación Primaria un tiempo prudente, comenzando por pocos minutos en los primeros cursos y aumento progresivo en los siguientes, adecuándolo siempre a las circunstancias del alumno y su familia.

Blatchford, Basset y Brown (2005)[6] comunican la importancia de la relación profesor-alumno para el mejor aprovechamiento de las tareas.

Siraj-Blatchford, Taggart, Sammons, Melhuish y Sylva (2012)[7] se pronuncian por la bondad de la realización de tareas para conseguir un mejor rendimiento del alumnado.

En España se han realizado algunos estudios que se mencionan a continuación:
En una investigación empírica realizada en 12 centros (3 privados) de Córdoba, con 222 alumnos de 1º y 2º de ESO, para dilucidar si las actividades extraescolares cotidianas (tareas académicas, deportivas, mixtas o sin tareas) condicionaban los resultados académicos, Moriana, Alós, Alcalá, Pino, Herruzo y Ruiz (2006)[8] pudieron observar, por un lado, que las actividades extraescolares se realizaban de forma masiva, y por otro, que aquellos que consumaban las tareas académicas obtenían mejores notas en Matemáticas que los que solo hacían deporte o no realizaban tareas, todo ello sin valorar el estatus socioeconómico y cultural familiar.

Córdoba, García, Luengo, Vizuete y Feu (2011)[9], al estudiar el rendimiento académico de alumnado de ESO, pudieron confirmar que aquellos que viven en entornos socioculturales más favorables obtienen mejores resultados, mientras la mayor tasa de abandono escolar se da en poblaciones con recursos económicos y culturales limitados, de donde deducen, entre otras cosas, que las variables más importantes en relación al mejor rendimiento no se encuentran en los deberes para casa.
Después de la descripción de esta serie de referencias (podrían encontrarse otras) se podría concluir lo siguiente:
·   Tanto las familias como los investigadores se encuentran divididos respecto a la bondad de los deberes para casa en la Educación Primaria.
·      Existe una gran diversidad de situaciones entre los distintos países, centros educativos y profesorado al respecto y esta circunstancia impide generalizar los hallazgos conseguidos en estudios concretos.
·         La investigación muestra ventajas en rendimiento para el alumnado que hace tareas, pero, de ordinario, no se han controlado las variables sociodemográficas correspondientes como nivel socioeconómico y cultural de las familias.
·         Un buen número de familias se quejan del estrés producido por el, a su juicio, exceso de tareas y esto es muy visible en España.
·         Los autores más citados y que parecen más competentes se manifiestan por trabajos limitados para casa, sin eliminarlos completamente.
·       En todo caso, una relación cordial entre profesor y alumno favorece la motivación para su realización.
·   De la lectura más exhaustiva de algunos de los textos citados, los que más prudentemente se manifiestan, los deberes para casa deberían ajustarse a las necesidades y posibilidades de cada alumno y familia, pero una pauta básica razonable para la Educación Primaria sería comenzar por 10 ó 15 minutos en el primer año e ir aumentando progresivamente otros 10 ó 15 minutos cada curso, hasta llegar a 6º con un tiempo entre 60 y 90 minutos diarios.
·    En caso de que el sistema de tareas extraescolares resulte problemático, lo más conveniente para las familias es ponerse en contacto con otras que se encuentren en la misma situación y exponerlo en el centro bien al tutor o al equipo directivo, con objeto encontrar la mejor solución.

En el próximo artículo trataremos de recapitular el contenido de los cuatro artículos al tema de la influencia de la familia en el éxito escolar de los hijos, tratando de mencionar, ya sin explayarnos demasiado algunos otros aspectos o variables intervinientes en este asunto.




[1] Priscila Guilayn, Carlos Manuel Sánchez e Ixone Díaz Landaluce (03/03/2013)  - XLSEMANAL: ¿Los fundimos a deberes?

[2] Cooper, H. (2001). The Battle over Homework: Common Ground for Administrators, Teachers, and Parents. Durham (CA): Corwin Press.
 [3] H. Cooper, J. C. Robinson & E.A. Patall. (2006). Does homeowrk improve academic achievement?: A synthesis of research, 1987-2004. Review of Educational Research 76: 1-62.
[4] Patall, E. A., Cooper, H. y Wynn, S. R.  (2010). The effectiveness and relative importance of choice in the classroom.  Journal of  Educational Psychology,  Vol. 102(4),  pp. 896-915.
[5] Reach, K., & Cooper, H. (2004). Homework hotlines: Recommendations for successful practice.Theory into Practice 43: 234-241
[6] Blatchford, P., Bassett, P. y Brown, P. (2005). Teachers' and Pupils' Behavior in Large and Small Classes: A Systematic Observation Study of Pupils Aged 10 and 11 Years. Journal of Educational Psychology, Vol 97(3), 454-467.
[7] Siraj-Blatchford, I., Taggart, B., Sammons, P., Melhuish, E. y Sylva, K. (2012). Effective Teachers In Primary Schools: key research on pedagogy and children’s learning. Oxford: Trentham Books Ltd.
[8] Moriana, J. A., Alós, F. Alcalá, R., Pino, M. J., Herruzo, J. y Ruiz, R. (2006). Actividades extraescolares y rendimiento académico en alumnos de Educación Secundaria. Revista Electrónica de Investigación Psicoeducativa, Nº. 8, Vol. 4 (1), pp. 35-46.
[9] Córdoba, L. G., García, V., Luengo, L. M., Vizuete, M. y Feu, S. (2011). Determinantes socioculturales: su relación con el rendimiento académico en alumnos de Enseñanza Secundaria Obligatoria. Revista de Investigación Educativa, 29 (1), 83-96.

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