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jueves, 12 de noviembre de 2015

EL CAMBIO EN LAS ORGANIZACIONES EDUCATIVAS

     Este es el capítulo escrito por Juan Antonio Angulo Sainz, autor de este blog, publicado el pasado mes de octubre por la Editorial Pirámide en el libro "Empleo, personas y organizaciones", cuyo coordinador es Raúl de Diego Vallejo, anunciado en la parte derecha de la portada del blog, 
    
     Intenta responder a distintos interrogantes como "cambio para qué y hacia donde" ,"quién tiene que cambiar", "cuánto cuesta el cambio en tiempo, esfuerzo y recursos", fundamentado con referencias a la investigación actual sobre el tema. 
     Veamos algunos párrafos extraídos de la "Introducción":

      ... cuando hablamos de cambios estamos mencionando intereses personales, grupales y políticos (entendiendo los económicos dentro de los políticos), unas veces concurrentes y otras antagónicos, que anuncian conflictos y evidencian la ardua tarea de estos procesos.

      ... alcanzar un consenso respecto a los cambios a realizar y el sentido que han de tener es tarea harto difícil; así lo demuestra la realidad. Como ya se dijo anteriormente, el conflicto es parte inherente al intento y al proceso de cambio y es evidente que la fortaleza de las  partes es desigual y determina procesos y resultados.


      ... las leyes no cambian la realidad educativa en el corto plazo, pero en el medio y largo van marcando tendencias que, no olvidemos, pueden ser regresivas. De aquí la importancia de la participación en la toma de decisiones referidas a estos ámbitos con el fin de que la interpretación de la voluntad ciudadana en general, y de los componentes de la comunidad educativa en particular, se adecue lo más posible a la realidad.

jueves, 5 de noviembre de 2015

CERTEZAS Y DUDAS SOBRE LA INFLUENCIA DE LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN EL RENDIMIENTO EDUCATIVO



En el artículo anterior se mostraban las dificultades que distintos autores encontraban para discernir acerca de la influencia de la formación del profesorado en los resultados de los escolares.
En este la pretensión es explicitar distintas investigaciones y opiniones en las que se llega a conclusiones diferenciadas y, a veces, contradictorias que, a su vez, son difícilmente extrapolables de un país a otro por las razones ya expuestas anteriormente.
Según Pedro (2006)[i] el volumen de teorías de que disponemos acerca del profesorado es infinitamente mayor que las evidencias acerca de las características reales de esta profesión y su influencia en el éxito escolar y da cuenta de algunos aspectos que dificultan ese conocimiento: disparidades internas del Sistema Educativo (cuanta más autonomía, mayores discrepancias), limitaciones de datos, los valores medios estadísticos no dan buena cuenta de la varianza interna y, a nivel internacional, se desconocen las creencias pedagógicas, los métodos didácticos, la imagen social, la selección, etc. Este autor nos advierte de la dificultad intrínseca que conllevan las comparaciones.
Identificar a los mejores profesores es tarea harto difícil, incluso haciéndolo a través de “jueces” observadores, tal como manifiestan Strong, Gargani, y Hacifazioğlu (2011)[ii], después de analizar tres experimentos distintos. Otros profesores como Harris(2010)[iii], criticando el “principio de rendición de cuentas”, tan en boga en el mundo anglosajón, opina que ante la dificultad de valorar puntualmente al profesorado (con los errores que se producen, como ya se ha demostrado) es mejor hacerlo al centro en su conjunto y durante varios años, siempre con el objeto de impulsar un cambio hacia la mejora de la formación del alumnado.
Con estos antecedentes no se entiende cómo el profesor y filósofo José Antonio Marina[iv] (al que el ministro Méndez de Vigo, estando en vísperas electorales, le ha encargado un Libro Blanco de la Función Docente) se atreve a proponer las retribuciones del profesorado en función de si “son buenos o malos”, de acuerdo al rendimiento del centro en que se encuentran.