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jueves, 5 de noviembre de 2015

CERTEZAS Y DUDAS SOBRE LA INFLUENCIA DE LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN EL RENDIMIENTO EDUCATIVO



En el artículo anterior se mostraban las dificultades que distintos autores encontraban para discernir acerca de la influencia de la formación del profesorado en los resultados de los escolares.
En este la pretensión es explicitar distintas investigaciones y opiniones en las que se llega a conclusiones diferenciadas y, a veces, contradictorias que, a su vez, son difícilmente extrapolables de un país a otro por las razones ya expuestas anteriormente.
Según Pedro (2006)[i] el volumen de teorías de que disponemos acerca del profesorado es infinitamente mayor que las evidencias acerca de las características reales de esta profesión y su influencia en el éxito escolar y da cuenta de algunos aspectos que dificultan ese conocimiento: disparidades internas del Sistema Educativo (cuanta más autonomía, mayores discrepancias), limitaciones de datos, los valores medios estadísticos no dan buena cuenta de la varianza interna y, a nivel internacional, se desconocen las creencias pedagógicas, los métodos didácticos, la imagen social, la selección, etc. Este autor nos advierte de la dificultad intrínseca que conllevan las comparaciones.
Identificar a los mejores profesores es tarea harto difícil, incluso haciéndolo a través de “jueces” observadores, tal como manifiestan Strong, Gargani, y Hacifazioğlu (2011)[ii], después de analizar tres experimentos distintos. Otros profesores como Harris(2010)[iii], criticando el “principio de rendición de cuentas”, tan en boga en el mundo anglosajón, opina que ante la dificultad de valorar puntualmente al profesorado (con los errores que se producen, como ya se ha demostrado) es mejor hacerlo al centro en su conjunto y durante varios años, siempre con el objeto de impulsar un cambio hacia la mejora de la formación del alumnado.
Con estos antecedentes no se entiende cómo el profesor y filósofo José Antonio Marina[iv] (al que el ministro Méndez de Vigo, estando en vísperas electorales, le ha encargado un Libro Blanco de la Función Docente) se atreve a proponer las retribuciones del profesorado en función de si “son buenos o malos”, de acuerdo al rendimiento del centro en que se encuentran.
 
Algunos autores ponen casi exclusivamente toda la carga de la prueba de la mejora del Sistema Educativo en la formación del profesorado, así el profesor  Melgarejo (2006)[v], al analizar el exitoso sistema educativo finlandés, afirma rotundamente que “la hipótesis central verificada es que la formación del profesorado de educación primaria y secundaria es la variable crítica para explicar el rendimiento de los alumnos finlandeses en comprensión lectora” (resultados en informes PISA). A mi entender este autor dice algo que es cierto pero no profundiza en las variables mediadoras y moduladoras de esos buenos resultados. Aunque menciona la fuerte selección de los aspirantes a profesores antes de comenzar la carrera, olvida que con este procedimiento lo que fundamentalmente se selecciona son las personas con actitud e interés óptimos para ejercer la profesión. En algún artículo de este blog he mencionado cómo algunos profesores de otras épocas, sin una formación técnica muy específica, han sido reconocidos por sus alumnos ya adultos como excelentes profesores que dejaron una profunda huella en ellos, y quiero creer que tanto la actitud comprensiva y empática hacia sus alumnos como el interés por su crecimiento personal, social e intelectual han sido claves de su acierto.
¿Sería trasladable el modelo a España? Siempre hay que intentar aprender algo del éxito de los demás. Ahora bien, las grandes diferencias en población (en Finlandia muy concentradas en el Sur), la extensión del país (importante población rural en España), la diversidad regional, de culturas y etnias, en el mejor sentido de la palabra, la renta per cápita, los servicios sociales (a veces se comparan directamente los gastos en educación por alumno o por habitante sin tener en cuenta otros servicios complementarios del Estado disponibles para la población), etc. nos lo ponen difícil. Y otro dato importante relacionado con la influencia familiar en los resultados escolares, ya abordado en otro artículo anterior y que explica, en parte, esas bajas puntuaciones españolas en PISA si las comparamos con los mejores: la población española entre 25 y 64 años que en el año 2011 tenía estudios de Educación Secundaria Superior (Bachiller o Formación Profesional) era del 22 %, mientras en Finlandia era del 45 %. En definitiva, hay más de una variable crítica que conviene tener en cuenta para abordar los problemas de rendimiento.
     Matizando la opinión de Melgarejo,  Holdsworth (2011)[vi], en su ponencia en el Congreso Estatal de Formación del Profesorado “Conectando Redes”, hablando sobre la formación permanente del profesorado en Europa, como representante de la Unión Europea, señalaba  que … Si dejamos de lado aspectos extraescolares como el entorno socioeconómico y cultural de los alumnos, la calidad del profesorado  es el factor más importante para explicar el rendimiento de los alumnos… De esta manera nos vamos acercando a una visión menos fundamentalista y más poliédrica relativa a las variables intervinientes en el rendimiento del alumnado.
Concentramos en la tabla siguiente distintos estudios que abundan en la relación positiva entre formación del profesorado y resultados educativos:
Autor y fecha
Título
Edición
Contenido

Kelcey, Ben (2011)
Assessing the Effects of Teachers’ Reading Knowledge on Students’ Achievement Using Multilevel Propensity Score Stratification.
Educational evaluation and policy analysis, vol. 33,  no. 4, 458-482.
Señala que la mayor preparación del profesor genera mejores resultados en lectura.
 Schmidt, WW. H.,  Cogan, L  and Houang, H. (2011)

The Role of Opportunity to Learn in Teacher Preparation: An International Context.
Journal of Teacher Education,  vol. 62 no. 2, 138-153.
Los mejores resultados en Matemáticas los obtienen los profesores mejor preparados en Matemáticas, Pedagogía General y Pedagogía Matemática.
Clotfelter, Ch. T., Ladd, H. F.and  Vigdor, J. L. (2010)

Teacher Credentials and Student Achievement in High School A Cross-Subject Analysis with Student Fixed Effects.
J. Human Resources ,  
vol. 45, no. 3,  655-681.  
Evidencia los efectos de la mejor preparación del profesorado de Secundaria en los resultados de los estudiantes.
Baumert, J., Blum, W. and Kunter, M. (2010)

Teachers’ Mathematical Knowledge, Cognitive Activation in the Classroom, and Student Progress.
American Educational Research Journal, March vol. 47,  no. 1, 133-180
Investigación alemana que señala que el conocimiento pedagógico es muy positivo para la enseñanza de las Matemáticas.
Heck, R. H.  (2007)
Examining the Relationship Between Teacher Quality as an Organizational Property of Schools and Students' Achievement and Growth Rates.
Educational Administration Quarterly, vol. 43 ,no. 4,  399-432
Relación positiva entre calidad docente y rendimiento en lectura y Matemáticas en EEUU, en Primaria con 14000 alumnos evaluados en 197 escuelas.
Akiba, M., Le Tendre, G. and Scribner, J. P. (2007)
Teacher Quality, Opportunity Gap, and National Achievement in 46 Countries.
Educational Researcher,  vol. 36,  no. 7,  369-387.
Explicita una síntesis de estudios que han identificado buen  conocimiento de la materia, conocimiento pedagógico y experiencia docente, con mayores ganancias en rendimiento de los estudiantes.
Tabernik, Anna Maria (2008)
Humanities and Social Sciences, Vol 69 (3-A), 2008,   944
Concluye que la mayor preparación del profesorado implica mayor rendimiento del alumnado.
Polirstok, S. and Gottlieb, J. (2006)
International Journal of Behavioral Consultation and Therapy, Vol 2 (3), 354-361.

Llega a las mismas conclusiones que el anterior.
 
Otras investigaciones ponen en tela de juicio que una preparación del profesorado añadida a la básica necesaria para el ejercicio profesional provoque mejoras en el alumnado, o bien niegan que la formación en pedagogía, agregada a la específica de la materia curricular, incremente el éxito escolar; algunas de estas se muestran resumidamente en la tabla que sigue:

Autor y fecha
Título
Edición
Contenido

Goldhaber, D. D. and Brewer, D. J. (2000).
“Does Teacher Certification Matter? High School Teacher Certification Status and Student Achievement”.
Educational Evaluation and Policy Analysis, vol. 22, 2,  pp. 129-145.
No encuentran diferencias según mayor o menor titulación de los maestros, en los alumnos de Matemáticas del grado 12.
Papay, J. P, West, M. R., Fullerton, J. B. and Kane, T. J. (2012).
Does an Urban Teacher Residency Increase Student Achievement? Early Evidence from Boston.
Educational evaluation and policy analysis., vol. 34, no., 413-434.
El “Programa Boston Teacher Residency”  para preparar maestros innovadores a través de un mentor por un año, solo mejoraba el rendimiento de los estudiantes después de cuatro años en relación con profesores veteranos.
Hargis, C. G. (2014).

Dissertation Abstracts International Section A: Humanities and Social Sciences, Vol 74(9-A (E)), 2014
No encontró diferencias de rendimiento en 790 estudiantes por la diferente formación en Álgebra de sus 15 profesores.
Strevig, A. L. (2010)

Dissertation Abstracts International Section A: Humanities and Social Sciences, Vol 71(3-A), 2010, 878.
No encontró diferencias de rendimiento entre los alumnos cuyos profesores hicieron un curso de perfeccionamiento en “liderazgo” y los que no.

Por el gran volumen de las muestras utilizadas (del orden de más 5000 distritos escolares, 65000 profesores, 13000 directores, de 50 estados de EEUU) en dos investigaciones basadas ambas en datos de  la NAEP (Evaluación Nacional de Progreso Educativo), aunque de distintos años, vamos a presentar lo que parece un sesgo interesado en las conclusiones:
Por un lado, Darling-Hammond, directora de la Facultad de Educación de la Stanford University, (2000)[vii] trabajó con los datos 1990 y 1996  referidos al 4º grado de Matemáticas y Lectura, y 1992 y 1996 correspondientes al 8º grado en las mismas materias, llegando a la conclusión de que la mejor formación del profesorado tanto en la disciplina específica como en pedagogía, promovía mejores resultados en los estudiantes, a la vez que los profesores recién incorporados al sistema y con menos cualificación tenían alumnos con peores resultados; sin embargo, añade que estas conclusiones deben ser tomadas como tendencia, ya que los análisis a nivel de un estado concreto o de un centro, pueden no coincidir con el examen general.
Por otro lado, Johnson (2000)[viii], licenciado en Economía y doctor en Política Pública, que trabaja para la conservadora “Fundación Heritage” y en el Instituto de Políticas Públicas de Maryland, utilizando datos de la encuesta nacional citada, pero de los años 1996, 1998 y 2000, concluye que los estudiantes de 4º grado que tienen profesorado con licenciatura en Educación pero no especializado en Lengua o Matemáticas obtienen igual resultados que los que solo tienen especialidad en una de las materias; y en 8º grado el profesorado con especialidad en una materia (Lengua o Matemáticas) consigue mejores resultados para sus alumnado que los licenciado o graduados en Educación.
Existe una aparente contradicción entre los resultados obtenidos por la investigadora profesional de la Educación y el investigador ajeno a ese campo profesional (al menos en su formación inicial básica), referida a la importancia de la formación en estudios pedagógicos versus la formación específica en materias curriculares, opción esta última propia de un talante más conservador en lo referente a la Educación Básica o no universitaria.
En todo caso, resumiendo lo expresado, podemos decir que:
a)      Prácticamente toda la investigación disponible se ha desarrollado en EEUU y dado el diferente sistema de formación profesional del profesorado en  relación con el español, sería difícil trasponer los resultados de las investigaciones allí realizadas.
b)      En España existen abundantes publicaciones, pero muy pocas en las que se considere la formación del profesorado con los resultados del alumnado.
c)      La investigación tiene en cuenta, generalmente, la formación inicial o previa al comienzo del trabajo profesional, pero sabiendo la constante necesidad de actualización en la sociedad actual y la dificultad de contemplar en una investigación las numerosas acciones formativas en que participan los profesores en su vida profesional, se complica aún más el panorama.
d)      Las conclusiones no son homogéneas, aunque parece sobresalir la idea de que la mejor formación del profesorado, especialmente si comprende estudios de materia específica complementados con los pedagógicos, redunda en mejores resultados del alumnado en las materias en que suele ser examinado, Matemáticas y Lengua.
e)      Aunque se viene repitiendo en numerosas ocasiones, conviene dejarlo claro: la mayor parte de la investigación está centrada en las áreas de Matemáticas, Ciencias Naturales y Lectura, dejando en segundo término otros importantísimos aprendizajes  de corte humanista, como valores, actitudes, creatividad y juicio crítico.
f)        A la vista de la multicausalidad del éxito o fracaso del alumnado, deberíamos todos, a mi juicio, abandonar el fundamentalismo y abrirnos a un análisis profundo, contextualizado,  permanente y participado que no olvide lo más importante: las personas en toda su integridad.
En próximos artículos continuaremos tratando otras caras del tema.




[i] Pedro, F. (2006). Un diagnóstico de la situación del profesorado en España desde una perspectiva comparativa. Revista de Educación 340, pp. 243-264.
[ii] Strong, M, Gargani,J. y Hacifazioğlu, Ö. (2011). Do We Know a Successful Teacher When We See One? Experiments in the Identification of Effective Teachers.  Journal of Teacher Education,  vol. 62 no. 4, 367-382.
[iii] Harris, D. N. (2010). Clear Away the Smoke and Mirrors of Value-Added”. Phi Delta Kappan ,  vol. 91,  no. 8,  66-69.
[iv] Marina, J. A. (2015). Despertad al diplodocus. Ariel, Barcelona.
[v]  Melgarejo, J. (2006). La selección  y formación  del profesorado: clave para comprender el excelente nivel de competencia lectora de los alumnos finlandeses. Revista de Educación, extraordinario 2006, pp. 237-262.
[vi] Holdsworth, P. (2011). La formación permanente del profesorado. Actas del Congreso Estatal de Formación del Profesorado “Conectando Redes”. Junio 2010. Instituto de Formación del Profesorado, Investigación e Innovación Educativa (IFFIE). Ministerio de Educación y Formación Profesional.
[vii] Darling-Hammond, L. (2000). Teacher Quality and student Achievement: A Review of State Policy Evidence.  Education Policy Analysis Archives, v. 8, nº. 1.
[viii] Johnson, K. A. (2000). “The Effects of Advanced Teacher Training in Education on Student Achievement”.  The Heritage Foundation.

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