En la primera
entrega sobre este tema, se presentaban dos formas antagónicas de entender la
Educación, en relación a la conquista de aprendizajes por parte del alumnado de
los centros educativos. Se trataba de dos paradigmas diferenciados: a) Orientación a resultados y b) Orientación a valores básicos. El
primero, muy en boga en el ámbito anglosajón (Reino Unido, EE. UU. y Australia,
entre otros), pretende trasladar el modelo organizativo de la empresa
productiva al mundo educativo (exámenes muy frecuentes en algunas materias y
recompensas a directores y profesores según resultados del alumnado). El
segundo, el clásico en la Europa continental (basado en el cultivo y
enriquecimiento de la personalidad del alumno en toda su amplitud, es decir,
buscando resultados no solo en las áreas curriculares como Lengua, Matemáticas,
Ciencias Naturales, etc., sino también y especialmente en los valores que los
preparan para ser ciudadanos libres y responsables en el futuro).
Sin embargo ¿ha
demostrado alguien que el modelo sesgado descaradamente a resultados consigue que el alumnado de un país consiga un mejor
aprovechamiento que otros que ponen el acento en lo que ha venido siendo en
muchos lugares orientación a valores
básicos? Desde luego no hay respuestas contundentes. Casi siempre los
defensores del modelo “resultados” muestran algunas investigaciones en que
aparecen mejoras en el rendimiento del alumnado (generalmente en Lectura y
Matemáticas), pero también podemos contar con numerosos estudios en que centros
con la orientación alternativa mejoran en su rendimiento en esas mismas áreas
curriculares. En suma, planes de mejora de los centros, mantenidos durante
algún tiempo, consiguen progresos en rendimiento en las mismas áreas
curriculares con los dos modelos descritos.
Por no cansar al
lector con demasiados datos, a continuación mostramos una selección recogida
del último informe PISA que
proporciona una buena base de análisis en lo que se refiere a resultados, por
el carácter transversal y longitudinal de la serie y por la bondad de su
planteamiento técnico, que nos servirá de base para algunos comentarios al
respecto (si
tomáramos los de series anteriores podríamos observar comparaciones parecidas). Nos hemos permitido extrapolar
los entes territoriales escogidos, en las dos categorías de que venimos
hablando, aunque sería evidente que pueden confluir o solaparse en algunos
aspectos.
TABLA COMPARATIVA DE LA SERIE PISA 2012
Orientación a
|
País o
Comunidad
Autónoma
|
Puntuación
en Matemáticas
|
Puntuación
en Comprensión Lectora
|
Puntuación Cultura Científica
|
Resultados
|
Reino Unido
|
494
|
499
|
514
|
EE. UU.
|
481
|
498
|
497
|
|
Valores
básicos
|
Finlandia
|
519
|
524
|
545
|
Francia
|
495
|
505
|
499
|
|
España
|
484
|
488
|
496
|
|
Castilla y León
|
509
|
505
|
519
|
|
Madrid
|
504
|
511
|
517
|
Conviene
advertir que los informes PISA tratan fundamentalmente datos objetivos
obtenidos directamente de exámenes a estudiantes de 15 años, en las áreas de
conocimiento de Matemáticas, Lectura y Cultura Científica, obviando importantes
campos como las Ciencias Sociales y otros elementos transversales de la
educación referidos a valores ciudadanos.
Así
mismo hay que resaltar algunos aspectos que interesan desde la perspectiva de
la comparación de puntuaciones entre países y en el interior de cada país. En
primer lugar desdramatizar las diferencias cuando no son exageradas. Siendo la
media estadística 500, puntuaciones que fluctúan 10 ó 15 puntos por arriba o
por abajo, no suponen en la realidad una gran divergencia, aunque siempre sea
deseable el mejor resultado.
Podemos observar que varias Comunidades Autónomas españolas y otros
países, con el planteamiento de orientación a valores básicos (hasta el momento), logran iguales o mejores
resultados que países como EEUU o Reino Unido sesgados a la orientación
alternativa, resultados. Se podrá
decir que España como conjunto o Comunidades Autónomas como Andalucía y otras,
obtienen puntuaciones inferiores a los países mencionados, es cierto, pero lo
mismo ocurre, por ejemplo, en EEUU si comparamos Massachusetts con Florida. No
existe evidencia a favor del modelo orientación
a resultados, es más, en los países que han apostado por ese modelo las
desigualdades han aumentado ya que, por un lado, las escuelas con mejores
logros son premiadas con más recursos, que se detraen del resto dificultando
aún más su mejora, y por otro, las familias más sensibles y con mejor bagaje
cultural, económico e informativo, eligen las escuelas con mejores resultados
en el ranking, provocando la progresiva guetización del resto de centros,
ubicados de ordinario en barrios desfavorecidos.
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