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jueves, 3 de noviembre de 2016

SATISFACCIÓN LABORAL DEL PROFESORADO Y RENDIMIENTO DE LOS ALUMNOS (II)


En el artículo anterior se exponía el resultado de una investigación que ponía en relación directa la Satisfacción Laboral del Profesorado (SLP) con el rendimiento en Matemáticas y Lengua Española del alumnado de 3º de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de distintos institutos y colegios privados concertados de la Comunidad Autónoma de Castilla y León (España). Esta relación aparecía entre baja y moderada, con diversos matices relativos a edad y experiencia del profesorado y a la influencia de unas u otras dimensiones del constructo SLP.
  Ahora bien, la mayor parte de los estudios sobre SLP se refieren a resultados de cuestionarios sobre la salud de los profesionales y no abordan la relación directa con los logros del alumnado, pero podrían suponer indicios de que  cuando  los profesores se encuentran laboralmente insatisfechos, tienen más problemas de salud y como consecuencia su rendimiento y el de sus alumnos es menor. En sentido inverso, se podría presuponer que la satisfacción laboral promueve mejores logros de los estudiantes.

 En este ámbito es donde se encuentra la mayor parte de la investigación publicada, que versa sobre diversos problemas de salud laboral (estrés, acoso, burnout, depresión, ansiedad, etc.) de los que se puede deducir la insatisfacción laboral de los trabajadores. En la vertiente positiva, otros muchos trabajos inciden en relacionarla positivamente con algunas variables organizacionales como, liderazgo democrático, trato justo y apoyo del jefe, y con rasgos de personalidad individuales como, extroversión, proactividad y actitud abierta a nuevas experiencias. Mostraremos a continuación algunos estudios seleccionados que, insistimos, no prueban ninguna clase de relación con el aprovechamiento del alumnado.
Para empezar, el de Moriana y Herruzo (2004)[1], revisando distintas investigaciones relativas al estrés y burnout del profesorado, advierte, con escepticismo, de que muchos de estos trabajos adolecen de serias limitaciones metodológicas y contradicciones. Las conclusiones más importantes extraídas fueron:
  •  La mayoría de autores no encuentra diferencias en la variable sexo;
  •  los resultados son contradictorios en cuanto a la edad;
  • los profesores solteros experimentan mayor nivel de burnout que los casados (algunos estudios no lo confirman);
  • los profesores de secundaria están más afectados, aunque hay estudios que dicen lo contrario;
  • más burnout en los centros conflictivos;
  • neuroticismo, falta de empatía, baja autoestima, baja percepción de autoeficacia, menor nivel de autocontrol, correlacionaban positivamente con el burnout;
  • sobrecarga laboral y conflictos de rol, también correlacionan positivamente con burnout.


El mismo Moriana (2002)[2] en su tesis sobre la epidemiología de la salud mental del profesorado, comparó un grupo de 100 profesores de Educación Secundaria que habían tenido baja psiquiátrica, con otros 100 sin baja psiquiátrica, todos pertenecientes a 29 Institutos de Educación Secundaria de Sevilla y provincia, con diferentes cuestionarios, concluyendo que:
a)       A mayor nivel de insatisfacción laboral, consumían más tabaco y alcohol, más cansancio emocional y despersonalización y mayores niveles de estrés, ansiedad y respuestas psicosomáticas;
b)            Mayores posibilidades de causar bajas laborales cuantos más años de trabajo,  si los profesores se encontraban divorciados o separados y si trabajaban en centros conflictivos.

En otro estudio (Anaya y Suárez, 2007)[3]  en que se evaluó la satisfacción laboral de los profesores españoles de Infantil, Primaria y Secundaria con una muestra incidental de 2.562 profesores (78 % de centros públicos y 22 % de centros concertados), de toda España, siendo los profesores de Ed. Secundaria participantes el 30 % del total, se obtuvo como resultado principal que el grado de satisfacción general y en las distintas facetas estudiadas (diseño del trabajo, condiciones de trabajo, realización personal, promoción y superiores y salario) era medio-alto. No se hicieron análisis para cada una de las etapas.
Según algunos autores, otro componente importante del concepto Satisfacción Laboral es la percepción de autoeficacia. En este sentido, Marcelo (2011)[4], revisando diversos trabajos (OCDE, 2005[5]; Cochran-Smith & Fries, 2005[6]; OECD: Education at Glance, 2010[7]; OECD: TALIS, 2008[8]; Marchesi y Pérez, 2004[9]; Marchesi y Pérez, 2005[10]; Fundación BBVA, 2009[11]), constataba que la percepción de los profesores españoles sobre su formación y autoeficacia era bastante negativa, contradiciendo lo que otros  estudios ponen de manifiesto, que la consideración social hacia la profesión es muy alta, y esto tanto en España como en el resto de Europa. Añadía que el docente, en general, prefiere trabajar de manera individualista (su clase, sus alumnos), perdiéndose la posibilidad de apoyo de los compañeros y del trabajo en equipo. Finalmente aludiendo al informe TALIS (2008), uno de los revisados señalados anteriormente, apuntaba que los docentes manifiestan una alta satisfacción laboral, afirmación que resulta contradictoria con lo indicado al comienzo del párrafo, poniendo en evidencia las discrepancias existentes a este respecto según de qué estudios se trate y del instrumento empleado para su medida.
También sobre la autoeficacia percibida, Briones, Tabernero y Arenas (2010)[12], en un análisis de las respuestas dadas por 68 profesores de Educación Secundaria de centros con gran diversidad cultural (50 % inmigrantes) de Madrid y Almería, encontraron que la SLP estaba relacionada positivamente con el logro personal y el apoyo de los compañeros, y negativamente con el agotamiento emocional, siendo la autoeficacia percibida el mejor predictor de la satisfacción laboral.  
Un estudio longitudinal realizado por Lorente, Salanova, Martínez y Schaufeli (2008)[13] con 274 profesores (de un total de 600 cuestionarios enviados) de 23 centros de Educación Secundaria de la Comunidad Valenciana puso de manifiesto:
 a)    El efecto predictor de la sobrecarga de trabajo sobre el agotamiento y la dedicación;
b)     el efecto predictor del conflicto de rol sobre el cinismo;
c)  el efecto predictor de la ambigüedad de rol sobre la dedicación.  Las mujeres mostraron más altos niveles de agotamiento y cinismo (burnout) que los hombres. Este resultado (de género) es contradictorio con otros trabajos.
García-Renedo, Llorens, Cifre y Salanova (2006)[14] realizaron una investigación con 483 profesores de 34 centros de Educación Secundaria de Castellón y Valencia, a través de cuestionario, en la que pudieron apreciar la relación antitética entre burnout (agotamiento y cinismo) y engagement (compromiso: vigor y dedicación).
Otros estudios tratan de fijar el alcance del estrés, burnout  y otras enfermedades de carácter psicosocial que padecen los profesores en España. Así: Esteve (1994)[15] y García (1991)[16] hablan del aumento significativo del número de bajas laborales por este motivo, comparando la década de los 80 con la de los 90;  Ferrando (1991)[17] y Ortiz (1995)  señalan que los profesores de Primaria tienen más bajas que los de Secundaria, pero no reparan en que el profesorado de Primaria es mayoritariamente femenino y precisa permisos por maternidad, lo que no ocurre con los varones, que son mayoría en Secundaria; Calvete y Villa (1997)[18] cifran en 3,97 % las bajas por enfermedades mentales en Vizcaya; Durán, Extremera y Rey (2001)[19] dan la cifra del 16 % de profesores afectados por burnout.
Entre las investigaciones foráneas encontramos, entre otras, las siguientes:
En relación al papel de los apoyos y las relaciones en el trabajo, una investigación empírica con 1049 profesores mostró que la percepción de apoyo a la autonomía propia estaba asociada a la buena relación con colegas y estudiantes, y también que las buenas relaciones del profesor con los estudiantes conducían a mayores niveles de compromiso que las buenas relaciones con los colegas (Klasen, Perry y Frenzel, 2012)[20].
En un trabajo con 805 profesores finlandeses (52 % de los cuestionarios enviados) de Helsinki, de Primaria, Secundaria y Formación Profesional, Bakker, Hakanen, Demrouti y Xanthopulou (2007)[21] pudieron apreciar que los recursos de apoyo (supervisor, innovación, apreciación y clima organizacional) actuaban como amortiguadores frente a las exigencias de los estudiantes difíciles.
En relación con la autoeficacia percibida:
Caprara, Barbaranelli, Borgogni y Steca (2003)[22] estudiaron las creencias sobre autoeficacia de 2.688 profesores italianos de 103 centros de Educación Secundaria Superior, mediante autoinforme, encontrando relación positiva entre la percepción de autoeficacia colectiva y la percepción de su propia satisfacción.
En otro trabajo realizado en Estados Unidos por Grissom, Nicholson-Crotty  Harrington (2014)[23] para estudiar la influencia de la ley  No Child Left Behind (NCLB) aprobada por la Cámara de Representantes en 2001, con objeto de ayudar a mejorar los resultados de los estudiantes con más dificultades de la escuela Elemental y Secundaria, analizaron los datos de Schools and Staffing Survey (estudio muestral federal integrado referido al contexto, profesores, directores, alumnado, etc. de centros públicos y privados de Estados Unidos realizado en siete ocasiones entre 1988 y 2011) de cuatro de estas macroencuestas entre 1994 y 2008, obtuvieron, entre otras, la conclusión de que la satisfacción laboral y el compromiso del profesorado tenía más influencia en el ambiente y actitud hacia el trabajo, que la propia ley NCLB. Ya sabemos que las leyes no cambian los sistemas en el corto plazo, pero quizá estos investigadores no analizaron si la inversión que acompañó a la ley contribuyó de alguna manera a la satisfacción laboral del profesorado y, como consecuencia, a su actitud hacia el trabajo.
Otra investigación realizada en Estados Unidos (Hamre, Pianta, Downer y Mashbum, 2008)[24] en la que se analizó el comportamiento de 597 profesores y 2.282 alumnos de educación Infantil concluyó que el comportamiento del profesorado que, según su autoinforme, manifestó un mayor grado de depresión y falta de autoeficacia, se asociaba a un mayor número de conflictos con los alumnos de su clase, aspectos que fueron observados por otros colegas.
Caprara, Barbaranelli, Malone y Steca (2006)[25], analizando las respuestas a un cuestionario sobre autoeficacia y satisfacción laboral, de 90 ítems (autoinforme) por parte de 2.000 profesores  de 75 escuelas de Educación Secundaria Superior italianas, junto a los logros (notas de rendimiento) iniciales del 2º curso y finales del 3º, de los alumnos, concluyeron que la percepción de autoeficacia se relacionaba positiva y significativamente con la satisfacción laboral de los profesores y con los logros iniciales de los alumnos; sin embargo los éxitos de los estudiantes en la segunda toma de datos (final del curso 3º) no pudieron mostrar su contribución a la satisfacción laboral de  los profesores.
En el campo de la opinión, algunos importantes autores como Leithwood, K., Menzies, Jantzi y Leithwood, J. (1999)[26], refiriéndose al burnout, después de realizar una revisión de  la literatura sobre estudios empíricos que ligaban el liderazgo y el burnout, se planteaban unas cuantas preguntas no resueltas, que deberían guiar el futuro de las investigaciones al respecto: ¿Qué factores del liderazgo deben considerarse en una explicación adecuada del burnout docente? ¿Qué prácticas  de liderazgo específicas están significativamente relacionadas con el burnout docente? ¿Cuál es la importancia de la dirección docente en las variaciones del burnout docente? ¿Cómo interactúan el liderazgo y el no liderazgo  para explicar la variación del burnout docente?
Como resumen deducido de los estudios mencionados, podemos decir que:
1.      No son concluyentes, a veces contradictorios y bastantes muestran sesgos muestrales de diverso tipo.
2.      Como ya se ha advertido al inicio del artículo, no se establece ningún tipo de relación directa con los logros del alumnado.
3.      Las muestras de profesores de centros privados concertados españoles son escasas y se encuentran entre el 20 y 30 % del total;
4.   Lo mismo ocurre con los profesores de Educación Secundaria respecto de los de Educación Primaria;
5.   La satisfacción laboral (SL) de los profesores está positivamente relacionada con determinado tipo de liderazgo (entre cuyas características más citadas se encuentran, el apoyo y la comunicación);
6.       La SLP está vinculada con la buena relación entre compañeros y con los estudiantes;
7.      La SLP está relacionada con la percepción de autoeficacia, con el logro personal, con el compromiso;
8.      La SLP se relaciona negativamente con la desconsideración de los superiores, con la autoeficacia negativa, con las malas relaciones con compañeros y estudiantes y con el padecimiento de estrés, burnout y mobbing;
9.   El nivel de SLP manifestado directamente por los profesores oscila entre alto y medio-alto;
10.  A mayor insatisfacción laboral, mayor consumo de tabaco y alcohol, cansancio emocional, despersonalización, estrés, burnout, enfermedades psicosomáticas y bajas laborales;
11.  Aunque el número de bajas originadas por aspectos psicosociales ha ido en aumento, el monto de ellas no se considera muy alto (no se suelen dar cifras concretas, con excepciones como un estudio de Vizcaya [España] que daba 16 % del total de bajas por burnout).



[1]  Moriana, J. A. y Herruzo, J. (2004). Estrés y burnout en profesores. International Journal of Clinical and Health Psychology, vol. 4, nº. 3, p. 597-621.
[2] Moriana, J. A. (2002). Estudio epidemiológico de la salud mental del profesorado. Tesis doctoral. Universidad de Córdoba (España).
[3]  Anaya, D. y Suárez, J. M. (2007). Satisfacción laboral de los profesores de Educación Infantil, Primaria y Secundaria. Un estudio de ámbito nacional. Revista de  Educación, nº. 344,  pp. 217-243.
[4]  Marcelo, C. (2011). La profesión docente en momentos de cambios. ¿Qué nos dicen los estudios internacionales? Participación Educativa, Revista Cuatrimestral del Consejo Escolar del Estado, nº. 16, pp. 49-68.
[5] OCDE. (2005). Teachers matter: attracting, developing and retaining effective teachers. París: OCDE.
http://www.google.es/url?sa=t&source=web&cd=1&ved=0CCIQFjAA&u rl=http%3A%2F%2Fwww.oecd.org%2Fdataoecd%2F38%2F36%2F34991371.pdf&e i=kAVYTd3cCYmShAfbvuiqDA&usg=AFQjCNGa900EOUlfqH9qPCCnPOUwfZP1_Q     
[6] Cochran-Smith, M., & Fries, K. (2005). “The AERA Panel on Research and Teacher Education: Context and Goals”. In M. Cochran-Smith & K. Zeichner (Eds.), Studying Teacher Education. The Report of the AERA Panel on Research and Teacher Education (pp. 37-68). New Jersey: Lawrence Erlbaum Associates
[7]  OCDE (2010). Education at a Glance. 2010.  http://www.oecd.org/edu/eag2010
[8]  OCDE (2008). Creating Effective Teaching and Learning Environments: First results from TALIS.  http://www.oecd.org/document/0/0,3746, en_2649_39263231_38052160_1_1_1_1,00.html 
[9]  Marchesi, A. y Pérez, E. Mª (2004). La situación profesional de los docentes. Centro de Innovación Educativa CIE-FUHEM.
[10]  Marchesi, A. y Pérez, E. Mª (2005) Opinión de las familias sobre la calidad de la educación, Centro de Innovación Educativa CIE-FUHEM.
http://www.fuhem.es/ media/educacion/File/encuestas/Opinion_de_las_familias_sobre_la_calidad_de_la_ educacion_Encuesta_completa.pdf 
[11]  Fundación BBVA (2009). Participación política y social y confianza en grupos profesionales e instituciones.
http://www.fbbva.es/TLFU/tlfu/esp/areas/econosoc/investigacion/fi chainves/index.jsp?codigo=369  
[12] Briones, E., Tabernero, C. y  Arenas, A. (2010). Job Satisfaction of Secondary School Teachers: Effect of Demographic and Psycho-Social Factors. Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, Vol. 26,  n.º 2, pp. 115-122.
 [13]Lorente, L.,  Salanova, M., Martínez, I. y Schaufeli, W. (2008). Extension of the Job Demands- Resources model in the prediction of burnout and engagement among teacher over time. Psicothema,  vol. 20, nº 3, pp. 354-360.
[14] García-Renedo, M., LLorens, S., Cifre, E. y Salanova, M.  (2006).  Antecedentes afectivos de la auto-eficacia docente: un modelo de relaciones estructurales.  Revista de Educación, nº. 339,  pp. 387-400.
[15]  Esteve, J.M. (1994).  El malestar docente (3ª ed. Rev.).  Barcelona: Ed. Paidós.
[16]  García, M.  (1991).  Bajas por enfermedad. Una investigación crítica. Cuadernos de Pedagogía, 251, pp. 80-83.
[17] Ferrando, J. (1991). Fuentes, manifestaciones y variables relacionadas con el estrés laboral en una muestra de docentes de Barcelona. Tesis Doctoral inédita. Universidad  Autónoma de Barcelona, España.
[18]  Calvete, E. y Villa, A. (1997). Programa Deusto 16-16 II. Evaluación e intervención en el estrés docente. Bilbao: Ediciones Mensajero. 
[19]  Durán, M. A.,  Extremera, N. y Rey, L. (2001). Burnout en profesionales de la enseñanza: un estudio en educación primaria, secundaria y superior. Psicología del trabajo y organizaciones, nº. 17, pp. 45-62.
[20]  Klassen, R. M., Perry, N. E. y  Frenzel, A. C. (2012). Teachers' relatedness with students: An underemphasized component of teachers' basic psychological needs. Journal of Educational Psychology, Vol. 104(1), pp. 150-165.
[21]  Bakker, A. B., Hakanen, J. J., Demerouti, E. y Xanthopoulou, D. (2007). Job Resources Boost Work Engagement, Particularly When Job Demands Are High. Journal of Educational Psychology, Vol. 99, nº. 2, pp. 274-284.
[22]  Caprara, G. V., Barbaranelli, C., Borgogni, L. y Steca, P. (2003).  Efficacy Beliefs as Determinants of Teachers' Job Satisfaction. Journal of Educational Psychology, Vol. 95(4), pp. 821-832. ABSTRAC.
[23]  Grissom, J. A., Nicholson-Crotty, S. y Harrington, J. R. (2014).  Educational Evaluation and Policy Analysis, v36 n.4 pp. 417-436.
[24] Hamre,B. K., Pianta, R. C., Downer, J. T. y Mashburn, A. J. (2008). Teachers' perceptions of conflict with young students: Looking beyond problem behaviors. Social Development, Vol 17(1), Feb 2008, pp. 115-136.
[25]  Caprara, G. V., Barbaranelli, C., Steca, P. y Malone, P. S. (2006). Teachers'`self-efficacy beliefs as determinants of  satisfaction and student' academic achievement: A study at the school level. Journal of School Psychology, 44 (2006) pp. 473-490.
[26]  Leithwood, K., Menzies, T., Jantzi, D. y Leithwood, J.   (1999). Teacher burnout: A critical challenge for leaders of  restructuring schools.  En R. Vandenberghe (Ed) y A. M. Huberman (Ed), Understanding and preventing teacher burnout: A  sourcebook of international  research and practice, (pp. 85-114).  New York, NY, US: Cambridge  University Press, xv,  pp. 362 .

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