Centros
eficaces, ineficaces y rendimiento
Esta cualidad de los centros educativos
ha sido estudiada en numerosas ocasiones, especialmente en las últimas
décadas del siglo pasado (1970-2000) y
tenemos una amplia revisión en la publicación de Murillo (coordinador) del año
2007[1], en
la que se cita entre muchas otras la destacada revisión de Sammons, Hillman y
Mortimore (1995)[2]
y la de Cotton (1995)[3]. En
general la literatura al respecto, altamente ilustrativa y que conviene leer,
ha ido definiendo cada vez con más claridad los factores más importantes que
recurrentemente aparecen en las investigaciones sobre eficacia escolar como el
clima de centro y de aula, el liderazgo, las metas compartidas, las altas expectativas,
la metodología y el trabajo en equipo del profesorado, a la vez que se han ido
incorporando las variables de “contexto”, como políticas nacionales, índice
económico-social y cultural, etc.
En este artículo únicamente vamos a
referirnos a dos investigaciones antitéticas recientes sobre el tema.